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Loreena McKennitt es, sin duda, una de las artistas más evocadoras y trascendentales de la música celta contemporánea. Con una carrera que supera las cuatro décadas, esta harpista, compositora y cantante canadiense ha sabido transformar tradiciones ancestrales en experiencias sonoras profundas y universales, fusionando el folk celta con sutiles influencias de la world music que transportan al oyente a paisajes míticos, emocionales y atemporales.
Nacida en 1957 en Morden, Manitoba (Canadá), y de ascendencia irlandesa y escocesa, Loreena creció en un entorno rural donde la música folk canadiense y las tradiciones locales despertaron su pasión desde muy joven. Influenciada por figuras clave del renacimiento celta de los años 70 como Planxty, The Bothy Band, Steeleye Span, Maddy Prior o el bretón Alan Stivell, descubrió su vocación mientras estudiaba en Winnipeg. Pronto comenzó a actuar como busker en las calles de Toronto, Dublín y Londres, una experiencia formativa que marcaría su relación íntima con la música y el público.
En 1981 se estableció en Stratford, Ontario, donde aún reside, llevando una vida tranquila, en contacto con la naturaleza y deliberadamente alejada del ruido de la industria musical. Esa elección vital se refleja de manera clara en su obra, siempre guiada por la honestidad artística y el respeto por la tradición.
Su último álbum en vivo, “The Road Back Home” (publicado el 8 de marzo de 2024 a través de su sello independiente Quinlan Road), es exactamente lo que su título sugiere: un regreso emotivo y sincero a sus raíces celtas. Grabado durante el verano de 2023 en diversos festivales de Ontario, el disco captura actuaciones íntimas y cercanas, acompañada por músicos locales del grupo The Bookends, con quienes comparte una conexión natural y orgánica. La propia Loreena lo define como un homenaje a tiempos más simples, un reencuentro con el “hogar” musical que dio forma a su identidad artística.
El álbum, compuesto por 10 piezas y con una duración aproximada de 42 minutos, apuesta por arreglos tradicionales y desnudos, donde brillan instrumentos como la arpa, el acordeón, el tin whistle, el fiddle, el bodhrán y la guitarra acústica. El repertorio incluye clásicos del cancionero celta como “Searching for Lambs”, “As I Roved Out”, “Bonny Portmore” o “The Star of the County Down”, además de piezas instrumentales como “Custom Gap” o “Salvation Contradiction”. Muchas de estas canciones conectan directamente con su álbum de 2010 “The Wind That Shakes the Barley”, consolidando esta etapa como una vuelta consciente a lo esencial.
Entre las joyas indiscutibles del disco destaca “On a Bright May Morning”, una balada tradicional que abre delicadamente el corazón del oyente. Aunque ya conocida en versiones anteriores, esta interpretación en vivo —con el tin whistle como hilo conductor— es pura magia. Se trata de un tema lento y lírico que evoca un paseo primaveral por prados verdes, lleno de esperanza teñida de melancolía. La letra narra un encuentro amoroso marcado por la traición, utilizando imágenes poéticas donde la naturaleza y la emoción humana se entrelazan de forma magistral.
La voz de Loreena, cristalina y majestuosa como siempre, se despliega sobre arpegios suaves de guitarra, la calidez del arpa y el susurro de los vientos tradicionales, creando un paisaje bucólico irresistible. Lo que hace especialmente conmovedora esta versión es su atmósfera en directo: el silencio reverente del público, los aplausos cálidos y la interacción natural convierten cada nota en una experiencia compartida. No se trata solo de un concierto, sino de una comunión musical, como si estuviéramos en una sesión folk íntima o en un festival veraniego bajo las estrellas.
“The Road Back Home”, y en particular “On a Bright May Morning”, nos recuerdan el poder sanador de la música simple y auténtica. En tiempos acelerados, este disco actúa como un bálsamo para el alma, reconectándonos con la naturaleza, las emociones puras y las raíces culturales. Es un regalo precioso de una artista en plena madurez creativa, un tributo a su maestría y una invitación a redescubrir la belleza de lo esencial.
Si buscas un respiro lleno de alma, poesía y tradición celta, este álbum es sencillamente imprescindible. Un regreso a casa que emociona… y cura.
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